Domingo Alvarez: "Todo el plano de Ituzaingó lo hice yo"

Por Rocío Guantay
 
Porque siempre hay historias que muchas veces quedan en la nada, este es el turno de Domingo Alvarez, vecino del barrio Libertador quien nos contó sobre los orígenes, anécdotas y una perla: construyó los planos de Ituzaingó.

          



Como lo anticipabamos al principio, esta vez le tocó a Domingo como podría haber sido otra persona del barrio. Pero en este caso se trata de alguien especial: fue uno de sus primeros habitantes y fundador del Barrio San Alberto; o como el mismo nos dice correctamente, Barrio Libertador.

Tras vender sus terrenos en Haedo, se mudó  al lugar en cuestión donde vive desde hace unos sesenta años. Entre las numerosas profesiones que tuvo se destacan la de paramédico, empleado de Servicio Público y en Defensa civil para finalmente conseguir su jubilación.

Con respecto a los comienzos, Domingo remarca que se trataba de campos y ausencia de prácticamente todo: no había plazas, casas y mucho menos calles. Si bien un colectivo circulaba por la zona "Había que empujar el colectivo para que salga. Por acá entraba el colectivo hasta la esquina y no podía salir por el barro."

Entrando mas en detalle acerca de la formación del barrio, Domingo rememora la razón por la cual decidió construirlo: "hay muchos chicos que necesitan". Es por eso que trajo las maquinas de la municipalidad para emparejar y delimitar el entramado de las calles, limpiar los desechos, construyó canchas de tenis  con su cuñado y tantas otras cosas que logró a base de esfuerzo y dedicación.

Entre chistes y bromas, contándonos anécdotas tales como su encuentro con René Favaloro (e incluso siendo intervenido por el ya fallecido médico) y sus 15 operaciones del corazón, los equipos de fútbol que el mismo dirigió para jugar contra Deportivo Morón y los tan valiosos sesenta campeonatos ganados. Y por qué no, los días en los que cazaba ranas para darle de comer a los chicos: todos y cada uno de los recuerdos que guarda de manera intacta en su memoria hacen de Domingo una pieza fundamental del Barrio Libertador, querido por los demás vecinos y  dueño de historias que valen la pena ser escuchadas.



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